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Lo que debo conocer sobre las técnicas de relajación
La práctica de una técnica de relajación nos puede ayudar a controlar nuestro nivel de activación y así reducir los niveles de ansiedad y estrés.
Cuando vamos a iniciar un procedimiento de relajación tenemos que tener en cuenta las siguientes condiciones:
– Que la persona esté motivada, acepte la técnica, esté receptiva y se deje llevar.
– Práctica frecuente y regular. La relajación se aprende de forma progresiva.
– Un ambiente de calma, luz tenue y temperatura agradable.
– Instrucciones sencillas.
– Postura adecuada; tumbado o sentado en sillón envolvente o en la postura del cochero. Suele favorecer mantener los ojos cerrados.
– Ropa cómoda; evitar ropa ajustada, cinturones que nos opriman, gafas, etc.
TÉCNICAS PRINCIPALES DE RELAJACIÓN:
– Relajación a partir de Respiraciones profundas.
– Relajación muscular progresiva (Jacobson).
– Entrenamiento autógeno (Schultz).
– Otras: relajación en imaginación, meditación, yoga.
RESPIRACIONES PROFUNDAS
La respiración va a ser un elemento fundamental en cualquier técnica de relajación.
Controlar la respiración resulta relativamente fácil de aprender, tiene pocas instrucciones y se puede aplicar en muchos contextos.
Pero como todas las técnicas necesita de práctica. Si lo practicamos dos veces diarias, durante 5 minutos, puede convertirse en una técnica de desactivación muy eficaz.
Para entender cómo se realiza la técnica, nos puede ayudar fijarnos en cómo llenaríamos un bidón de agua: el agua entraría por la parte superior del bidón y se va directa al fondo, y según va entrando más agua, va subiendo su nivel hasta llegar a la parte superior y terminar de llenarse. Eso mismo tenemos que tratar de imitar, coger aire y llevarlo a la parte inferior de nuestra capacidad pulmonar, e ir llenándolo de aire desde abajo hasta arriba.
Puede ayudarnos colocar una mano en el vientre (por debajo el ombligo) y otra sobre el estómago (por encima del ombligo).
Practicando los siguientes pasos, aprenderemos poco a poco la técnica;
1º Dirigir el aire hacia la parte inferior de los pulmones, hacia el vientre (por debajo del ombligo). Se debe mover la mano del vientre, pero no la del estómago y el pecho.
2º Dirigir el aire hacia la parte inferior y media de los pulmones en dos tiempos. (primero hacia el vientre, y en la misma inspiración, pero en un tiempo diferente, hacia el estómago (segunda mano).
3ª Respiración completa; dirigir el aire hacia el vientre, estómago y pecho en la misma inspiración y en tres tiempos. (con la práctica se realiza como un continuo).
La expiración debe realizarse de manera larga y lenta vaciando por completo los pulmones. Puede ayudar elevar ligeramente los hombros al final de la expiración.
RELAJACIÓN MUSCULAR PROGRESIVA DE JACOBSON
Consiste en relajarse por medio de ejercicios en los que la persona va tensando y relajando de forma alternativa sus distintos grupos musculares.
El objetivo es que la persona aprenda a identificar las señales propioceptivas de tensión muscular, las pueda relajar y modificar así la tensión general
A través de instrucciones, se va haciendo un recorrido pormenorizado de todos los grupos musculares, con ejercicios de tensión (unos 10 sg.) y relajación (30 sg.). Es importante que la persona se centre en las sensaciones agradables de la distensión, y en lo que nos hace sentir.
Este recorrido suele ir por brazos, cara, cuello, tronco y piernas.
Una vez aprendida la técnica, la persona puede hacer un recorrido mental por los distintas partes de su cuerpo, consiguiendo un estado de relajación general. Posteriormente, se puede llevar el ejercicio de relajación a situaciones normales de la vida diaria.
RELAJACIÓN AUTÓGENA DE SCHULTZ
La técnica consiste en inducir las sensaciones corporales típicas de la relajación como la pesadez en los miembros, y sensación difusa de calor.
La persona debe repetirse la frase “estoy totalmente tranquilo” tratando de vivenciar la sensación de reposo e ir introduciendo y alternando indicaciones del tipo “el brazo me pesa mucho”, “noto calor en los brazos”, e ir generalizando por las distintas partes del cuerpo.
Existen muchas variaciones y tipos de técnicas para alcanzar un estado de relajación. Hoy por hoy tenemos muchos recursos a nuestro alcance para aprender a controlar nuestro nivel de activación; tales como psicoterapia, talleres de relajación, tutoriales en internet, etc.
Si sufres problemas de ansiedad, depresión, estrés,…, este tipo de técnicas pueden ayudarte a sentirte mejor, pero por sí solas pueden no ser suficientes. Contacta con Decide Psicología si necesitas un abordaje completo y profesional para hacer frente a tus problemas.
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11 pautas para dormir bien
Las alteraciones en la calidad del sueño es un problema frecuente cuando una persona experimenta dificultades a nivel emocional. En la consulta, a menudo, los pacientes nos informan de tardar mucho en conciliar el sueño, de desvelarse en mitad de la noche, o de despertarse muy temprano, no consiguiendo un sueño reparador.
Las consecuencias de la falta de sueño pueden variar de una persona a otra, y suelen tratarse de somnolencia diurna, sensación de cansancio físico y mental, falta de energía, irascibilidad, falta de motivación, problemas de atención y concentración, etc.
Cuando nos encontramos en estas circunstancias conviene seguir estas recomendaciones:
- Mantener todos los días el mismo horario de acostada y levantada, por ejemplo de 00.00 a 08.00. La recomendación es dormir unas 8 horas, y cuando es de noche. Nuestro cuerpo está diseñado para dormir cuando no hay luz solar, y funcionar de día. Si nuestras ocupaciones nos lo permiten, mantener esta rutina puede favorecer el sueño.
- Cenar ligero y al menos dos horas antes de irse a dormir. La recomendación es acostarnos con la digestión hecha. Además no es aconsejable tomar alcohol durante la cena, porque aunque parezca que “una copa de vino” nos puede inducir cierta somnolencia, el alcohol suele relacionarse con más despertares nocturnos.
- Durante el día, evitar bebidas con cafeína, teína o muy azucaradas (por ejemplo; zumos envasados y refrescos). Estas sustancias nos aportan cierta estimulación, que no es apropiada para conciliar el sueño.
- También debemos evitar las siestas diurnas, puesto que nos pueden afectar al sueño nocturno. En caso de haber pasado muy “mala noche”, es preferible aguantar, o “echarse una cabezadita de 20 minutos”, para no retrasar la hora de la acostada.
- Suele ser efectivo hacer todos los días la misma rutina antes de acostarse, por ejemplo; ponerse el pijama, lavarse los dientes, cepillarse el pelo y acostarse. La misma secuencia repetida diariamente, le da la señal al cerebro de que se prepare para dormir.
- Practicar ejercicio físico de manera regular. El ejercicio físico tiene múltiples beneficios para nuestro cuerpo; nos aporta vitalidad y energía, nos mantiene ágiles, ayuda a nuestro metabolismo, y es una buena estrategia para liberar tensiones a nivel emocional. Sin embargo, no es recomendable practicarlo a última hora del día, puesto que como nos hace sentir más activos, puede retrasar la llegada del sueño.
- Incluir actividades relajantes antes de la acostada. La lectura, ejercicios de relajación, en general, tareas que no impliquen tensión y nos ayuden a ir “desactivándonos”.
- Utilizar la cama solo para dormir, así asociaremos la cama a estar dormidos y no a cualquier otra circunstancia. Esto implica que una vez que nos acostamos, ya no podemos ver la televisión, leer, consultar el móvil, trabajar con un ordenador portátil, etc. Estas actividades las podremos realizar antes de meternos en la cama.
- En caso de despertares nocturnos, podemos darnos un tiempo para tratar de conciliar el sueño. En caso de no conseguirlo, deberemos levantarnos de la cama y hacer alguna actividad que nos ayude a volver a sentir la somnolencia, como tomarnos una bebida caliente, leer, escuchar la radio, etc., pero siempre en un espacio distinto a nuestra cama, para no asociarla la cama a estar despiertos.
- Crear un entorno óptimo para el sueño. Hablamos de usar un pijama y almohada cómodos, que el dormitorio esté bien ventilado, a una temperatura óptima para el sueño, etc. Se trata de evitar despertares nocturnos por estar pasando frío, calor, o por sentirnos incómodos.
- En caso de tener problemas persistentes de sueño, puede ser apropiada la ayuda externa de sustancias que faciliten el sueño como tila, melisa, valeriana o cualquier otro que tenga propiedades relajantes. Y solo en caso de recomendación de su médico, se utilizará medicación indicada para tal fin. Siempre siguiendo las dosis y recomendaciones médicas.
Conseguir una rutina saludable de sueño se consigue a través del hábito, es decir, manteniendo las mismas pautas todos los días. Es posible que los primeros días que aplicamos estas recomendaciones no consigamos nuestro objetivo, pero con el tiempo, podremos alcanzar un sueño reparador.
Si los problemas de sueño persisten a pesar seguir estas recomendaciones, no dude en consultar con su médico para que estudien su caso y puedan proporcionarle la mejor alternativa.
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