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Insomnio
Pasamos aproximadamente un tercio de nuestra vida durmiendo y sin embargo no todos somos conscientes del importante papel que tiene el sueño, por su función reguladora de muchos procesos psicológicos y por su función reparadora y de descanso a nivel físico.
Los problemas del día a día, el estrés, una época de malestar emocional o una enfermedad médica pueden producir problemas para dormir o una sensación de sueño no reparador. Cuando las dificultades en el sueño se convierten en algo habitual, la calidad de vida se reduce, pudiendo verse afectado el rendimiento laboral, las relaciones de pareja o nuestro estado de ánimo. (Visita La falta de sueño afecta al carácter).
El insomnio es la alteración del sueño más frecuente en la población. En consulta, a menudo los pacientes nos informan sobre quejas relacionadas con la calidad del sueño y sus posibles consecuencias. Por ejemplo, la falta de un descanso adecuado puede afectar a algunas funciones cognitivas como la concentración, la memoria y la capacidad de “pensar claramente”. También pueden darse quejas a nivel emocional como irascibilidad, apatía, fatiga mental, etc. Y por supuesto, los problemas de insomnio también suelen cursar con somnolencia diurna y sensación física de cansancio.
¿CÓMO SE DEFINE EL INSOMNIO DESDE UN PUNTO DE VISTA CLÍNICO?
El insomnio es un trastorno caracterizado por la reducción de la capacidad para dormir como consecuencia de factores psicológicos, biológicos y/ambientales (Buela-Casal, 1990b). Como el sueño varía de una persona a otra debido a multitud de factores, para considerar que existe insomnio es importante tener en cuenta la queja subjetiva del sujeto, es decir, que se sienta insatisfecho con su sueño. Además, para definir el insomnio se tienen en cuenta los siguientes criterios (Lacks, 1987; y Morin, 1993), aunque no hay que tomarlos como valores absolutos:
- Que la latencia de sueño (el tiempo que se tarda en dormir) sea superior a 30 minutos.
- Que el tiempo total de vigilias nocturnas sea superior a 30 minutos.
- Que el tiempo total de sueño nocturno sea inferior a seis horas y media.
- Tener somnolencia diurna y decremento del rendimiento.
- Los síntomas deben presentarse 3 ó más veces por semana.
- La duración de la sintomatología debe ser superior a un mes.
TIPOS DE INSOMNIO
Según la duración de los problemas de insomnio, podemos diferenciar dos tipos:
- Insomnio transitorio: los problemas de sueños duran desde días hasta varias semanas. Normalmente se da cuando se suceden cambios ambientales asociados a la hora del sueño; como el tipo de colchón, la temperatura, el nivel de ruido, etc. También puede aparecer cuando sufrimos cambios bruscos de horarios como en los trabajos de turno de noche o rotativos, en los vuelos transcontinentales, etc. Este tipo de insomnio también puede aparecer cuando sufrimos algún tipo de alteración emocional asociado a problemas laborales, financieros, familiares, de pareja, etc.
- Insomnio crónico: suele estar relacionado con problemas médicos (como el dolor, las migrañas nocturnas, arritmias, afecciones neurológicas, etc.), psiquiátricos (como los trastornos de personalidad, alteraciones del estado de ánimo, psicosis esquizofrénica, anorexia nerviosa, adicciones a fármacos, etc.) o conductuales.
Otra manera de clasificar los tipos de insomnio es atendiendo al momento de la noche en que se producen las dificultades:
- Insomnio inicial: dificultad para conciliar el sueño.
- Insomnio de despertar frecuente.
- Insomnio terminal: despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado.
Para afrontar el insomnio lo primero es trabajar sobre una correcta higiene del sueño, planteándonos los cambios en nuestros hábitos que fuesen necesarios. Por otro lado, desde la psicoterapia también puede conseguirse una mejora en la calidad del sueño al tratar los problemas emocionales que puedan estar afectando.