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Fertilidad
¿Has odiado en silencio a tus amigos cuando os contaban, ilusionados, que iban a tener un bebé?, ¿te has sentido culpable por no alegrarte del embarazo de tu mejor amiga?.
Si llevas tiempo buscando un embarazo o has iniciado un tratamiento médico con técnicas de reproducción asistida es posible que tu respuesta a mis dos primeras preguntas sea un sí.
Seguramente las primeras veces que surgieron en ti o en tu pareja estas emociones sintierais extrañeza, quizá hasta un poco de vergüenza. Pero con el paso del tiempo, y sobre todo si habéis tenido contacto con otras personas o parejas en esta misma situación, esas emociones se han ido volviendo familiares. Dejadme decíroslo yo también: no sois raros, no sois malas personas. Las dificultades para concebir y las técnicas de reproducción asistida son, probablemente, uno de los procesos vitales más estresantes a los que se enfrentan las personas en la primera edad adulta en el llamado “primer mundo”.
Existe una gran presión a la hora de formar una familia y muchas personas viven las dificultades para concebir como un fracaso frente a sí mismas y frente a los demás. Además, para terminar de rematar la cuestión, todo el mundo a vuestro alrededor parece tener una opinión sobre el tema o, lo que casi es peor, la solución perfecta a vuestra situación.
Aunque en Decide Psicología no tenemos mucha confianza en la famosa frase “En cuanto te relajes, ya verás como te quedas embarazada”, lo cierto es que cada vez con más frecuencia los especialistas en fertilidad aconsejan a sus pacientes acudir a especialistas en atención psicológica cuando existen problemas para concebir. Según la Sociedad Española de Fertilidad, entre el 30% y el 60% de las personas que están sometidos a tratamientos de reproducción asistida sufren en algún momento del proceso síntomas de ansiedad, depresión, desesperanza, culpabilidad o baja autoestima, entre otros.
En Decide Psicología podemos ayudarte a afrontar la tensión emocional que puede implicar un tratamiento de reproducción asistida, y acompañaros en el proceso, fortaleciendo la comunicación en la pareja y favoreciendo la expresión de las emociones.