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PRIMEROS AUXILIOS EMOCIONALES EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS
PAUTAS PSICOLÓGICAS PARA PREVENIR Y/O AFRONTAR EL MALESTAR EMOCIONAL
Uno de los lemas con los que yo trabajo en mi consulta es “procurar el menor sufrimiento posible ante las cosas malas que nos ocurren”. Fijaos que no planteo que tenemos que ser fuertes todo el tiempo o que no podemos dejar que nos afecten las circunstancias negativas que suceden a nuestro alrededor, ni que hay que estar todo el tiempo estable o equilibrado.
No lo planteo porque no es realista.
Hasta el árbol o la roca más fuerte pueden romperse. Y una vez que lo haga, nunca más volverá a recuperar su forma, su esencia; quedará dañado para siempre.
Se trata de ser flexibles, no fuertes. No pasa nada por sentirnos mal en un momento determinado, lo importante es ser capaz de sobreponerse.
Este planteamiento de procurarse el menor sufrimiento posible implica un doble trabajo. Por un lado amortiguar, en lo que se pueda, el impacto negativo de aquello que nos está sucediendo. Y por otro lado, una vez que todo acabe, tratar de superarlo.
A día de hoy, quién no está preocupado o preocupada por su salud y la de sus familiares, por la economía de su casa y la global, por su estabilidad laboral y la de sus allegados, quién no ha sentido miedo por las consecuencias de esta pandemia, quién no se ha planteado con cierto temor lo que está por venir…, seguro que te sientes identificado o identificada con varios de estos planteamientos.
En la situación actual priman el miedo, la preocupación y la incertidumbre. Y son respuestas perfectamente normales ante una circunstancia que es completamente anormal.
Estas emociones están ahí, no las podemos negar o esconder. Tampoco es sano que nos sintamos culpables por no poder reaccionar de otra manera. Estas emociones nos afectan y nos hacen sufrir, en mayor o menor medida. Y justo de eso se trata, de aceptar que esas emociones están presentes en este momento de nuestras vidas, expresarlas, darles un espacio, limitarlo y después continuar.
Pero si alimentamos estas emociones negativas, se hacen fuertes y se convierten en un monstruo difícil de manejar. Vamos a aceptarlas, pero no vamos a permitir que nos controlen. Vamos a darle un espacio, pero no vamos a permitir que lo inunden todo.
Además de conocer cómo tratar a nuestras emociones, veamos juntos qué más podemos hacer para gestionarlas mejor:
AUTOCUIDADO
Hace unos días preparé un escrito con el kit básico para afrontar la situación de confinamiento. Hablaba principalmente sobre el autocuidado: mantener unas rutinas, cierto nivel de actividad, ratos de ocio, contactar con nuestra gente y generar hábitos saludables de higiene, sueño, alimentación y ejercicio físico. Os dejo el enlace para quien lo quiera consultar: “Yo me quedo en casa”. Guía básica para afrontar el confinamiento.
EXPOSICIÓN A LA INFORMACIÓN
Debemos ser conscientes de la sobreexposición a la que estamos siendo sometidos, por todos los medios de comunicación, con noticias sobre el coronavirus y su pandemia (datos de infectados y fallecidos, comparativas con otros países, información sobre las circunstancias en nuestros hospitales, su repercusión en la economía, en las empresas y en los trabajadores, etc.)
Ya sabemos que las cosas no están nada bien, pero no nos ayuda escucharlo innumerables veces a lo largo del día. ¿Te has dado cuenta que cada vez que escuchas las noticias te sobreviene cierta angustia?
Los noticiarios suelen abusar de un formato alarmista para captar nuestra atención, y apuntan directamente a nuestros miedos y preocupaciones.
Te recomiendo que no hagas un uso indiscriminado de estas fuentes de información. Limita el tiempo que te expones a las noticias.
Decide tú cuándo y cómo quieres tener acceso a la información sobre la actualidad, y el resto del tiempo desconecta de estas noticias.
USO DEL MÓVIL Y REDES SOCIALES
Para ayudar a desconectar, a veces también tendremos que tomar medidas con respecto al uso del móvil. ¿a cuántos de vosotros os llegan exactamente las mismas noticias, memes, fotos o cadenas desde distintos grupos o personas? El uso que estamos haciendo de los chats está siendo desbordante, ¡es como vivir en el Día de Nochevieja de manera interminable!, continuamente están entrando mensajes.
Es un buen momento para decidir silenciar o salir de algunos grupos, y de abandonar el móvil a ratos para no enterarte de todos los mensajes que te están entrando. Decide tú el mejor momento para leerlos, por ejemplo, cuando termines una actividad o tarea o en un descanso.
Revisar cada poco tiempo el móvil supone una importante pérdida de tiempo, no te permite concentrarse en otra tarea, aunque sea de ocio, y contribuye a la dispersión mental. Haz un uso razonable de tus redes sociales.
DISCURSO INTERNO
Para una mejor adaptación a las nuevas circunstancias es muy recomendable aprender a gestionar nuestro discurso interno. Nuestro cerebro se cree todo lo que nos decimos y la información que maneja nuestro cerebro provocará una respuesta emocional más o menos intensa.
Trata de evitar exageraciones y dramatismos en tu manera de expresarte. La situación ya es difícil de por sí, no nos conviene ponerle un excesivo énfasis.
Una idea a la que podemos aferrarnos es que sabemos que esto es una situación temporal, tarde o temprano va a remitir y podremos recuperar nuestra normalidad. Así que cuando hablemos de las dificultades que estamos experimentando, no olvides señalar la temporalidad de la situación. Por ejemplo, en vez de decir “esto es horroroso”, podemos expresarnos de la siguiente manera: “me está resultando dura la situación, pero sé que es algo temporal”. La respuesta emocional que sigue a una u otra manera de expresarse va a ser bien distinta.
EL CONTENIDO DE TUS PENSAMIENTOS
Sé crítico con el contenido de tus pensamientos, en especial con el que te hace sentir mal.
A veces nos ponemos a pensar en todo lo que podría salir mal, y nos imaginamos a nosotros mismos luchando y experimentando todo el malestar de una terrible situación. Pero, ¿para qué? Este tipo de pensamientos anticipatorios no nos ayudan, no nos preparan, y sin embargo nos hacen sentir realmente mal. No podemos tener la certeza de que va a llegar ese momento tan temido, sin embargo empezamos a sufrirlo antes de tiempo. Tanto si llega a ocurrirnos algo negativo o no, anticipar el malestar no parece útil.
Y si finalmente llega, habrá que ver cómo es exactamente la situación, para generar las respuestas adecuadas para afrontarlo, pero antes no podemos hacerlo.
“Cuando lleguemos a ese río, ya veremos cómo cruzamos el puente”
Así que trata de desterrar todo ese pensamiento negativo con la autocrítica, la distracción y concentrándote en tareas agradables.
PERSPECTIVA POSITIVA
También puede resultar muy útil trabajar sobre la perspectiva con la que afrontamos la situación actual. Por ejemplo si vivimos el confinamiento como un castigo o como “estar encerrados”, evidentemente, la idea nos va a generar sensaciones negativas. Puede ayudarnos el pensar que quedándonos en casa, no sólo nos protegemos a nosotros mismos, sino que también estamos protegiendo a otras personas, estamos contribuyendo a un bien común.
Tomamos la decisión de permanecer en casa por solidaridad y responsabilidad social.
GENERA SENSACIONES POSITIVAS
A pesar de lo difícil de la situación, nos quedan poderosos aliados:
El sentido del humor ayuda a relajar la tensión asociada a la situación actual. Las redes están llenas de memes, chistes y bromas que fácilmente nos sacan una sonrisa. (No deja de sorprenderme la originalidad y buen humor de la gente).
El continuo contacto con nuestros seres queridos. Seguro que muchos estáis viendo cómo, aunque sea en la distancia, tenéis mucho más contacto con personas significativas. Y así se estrechan lazos. Ya sé, por un lado lo hacemos para asegurarnos de que están bien y por otro como una forma de combatir el aburrimiento. Pero me parece una consecuencia encantadora y entrañable de esta dichosa pandemia.
El ocio como forma de desconexión: leer, dibujar, pintar, restaurar, jugar, crear, tejer, escribir, cantar, bailar, el ejercicio físico, las series y películas, etc. Todas son fuentes de sensaciones gratificantes. Busca ratitos que puedas dedicar a lo que te apasiona y desconecta.
Las técnicas que ayudan a la desactivación emocional son aquellas que nos conectan con nosotros mismos y nos generan sensaciones agradables de calma, seguridad, serenidad, … Ya hay muchas opciones disponibles: meditación, yoga, mindfulness, relajación, respiraciones abdominales profundas, etc. Si practicabas alguna de ellas antes de todo esto, no lo interrumpas y continúa con ello. Si no, en internet tienes muchas opciones que te pueden ayudar a adentrarte en el mundillo. Por aquí te dejo otro enlace con lo que debes conocer sobre las técnicas de relajación. Ya que tenemos tiempo, podemos practicar a diario.
Toda esta experiencia nos está dejando un importante aprendizaje: APRECIAR LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE; pasear con tu familia, comer con un amigo, perderte por las calles de tu ciudad o disfrutar de un bonito paisaje…
La normalidad que antes nos parecía rutinaria, sosa y poco apasionante, se convertirá en un gran motivo de FELICIDAD. ¡TODO VA A SALIR BIEN!
Quizá me ha quedado un escrito algo largo, pero creo que la situación lo merece.
Quería que os llegara el mensaje de que os entiendo, no estáis solo y tenéis recursos a vuestro alcance para lograr “el menor sufrimiento posible ante esta anormal situación”
Los contenidos que te expongo aquí pueden ser realmente valiosos para ayudar a personas a sobrellevar esta situación. Sé generoso y difúndelo entre tu gente para que otros también se puedan beneficiar.
Siguen quedándome muchos contenidos útiles de los que me gustaría hablaros, así que seguiré sacando ratitos para escribiros.
Os dejo por aquí información interesante a tener en cuenta si tienes peques en casa: Sobrevivir al confinamiento con niños en casa
Si queréis consultarme vuestra situación, preguntar alguna duda, hacerme alguna sugerencia o concertar alguna cita online no dudéis en escribirme a miriamps@decidepsicologia.com o en el 620930561.
Os mando todo mi apoyo y abrazos virtuales para todos.
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