Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

Amor incondicional para sanar la autoestima
Como queda explicado en este enlace «autoestima y asertividad«, la autoestima es la valoración que hacemos sobre nosotros mismos, está relacionada con el autoconcepto e influye enormemente en nuestra manera de sentir y de funcionar en las relaciones con otras personas.
Muchos pacientes se quejan de tener una “autoestima baja” y desean trabajar sobre ello para poder sentirse bien y adaptarse mejor a su entorno. El trabajo hacia una autoestima sana suele abarcar distintas vías de acción terapéutica, y siempre hay que tener en cuenta las circunstancias personales que puedan estar influyendo para poder así planificar una intervención personalizada.
En ocasiones invito al paciente a reflexionar sobre lo que piensa de sí mismo. Y con frecuencia nos encontramos que la comprensión y flexibilidad que uno pone en marcha para valorar a otros, no se lo aplica a sí mismo. Por ejemplo, uno puede entender y perdonar a un amigo ante un error, pero si es uno mismo el que ha cometido la falta, le sobrevienen sentimientos de culpa, rabia o fracaso tales que no le permiten avanzar. O, puede no dar ninguna importancia a una determinada característica física del otro, pero si uno considera que tiene “un defecto físico”, le afecta considerablemente a su autoestima.
Una propuesta para trabajar sobre la autoestima es reflexionar sobre el “amor incondicional” que sentimos hacia determinadas personas importantes en nuestras vidas con las que mantenemos relaciones sanas, como por podría ser: mi padre, mi madre, mi hijo/a, mi hermano/a, un amigo/a, mi pareja, etc. El amor incondicional hacia estas personas hace que seamos capaces de ser comprensivos si hay algún problema, de empatizar con sus circunstancias, y de amarlos a pesar de conocer sus puntos débiles y sus errores del pasado. Podemos reconocer actitudes o formas de ser en el otro que no nos gustan del todo, pero entendemos que también forman parte de esa persona importante en nuestra vida, y lo aceptamos así.
Pues bien, algo así es lo que deberíamos sentir; amor incondicional hacia nosotros mismos. Esto implicaría varias claves importantes a la hora de trabajar sobre la autoestima:
- La aceptación de uno mismo; con nuestro pasado, con nuestras circunstancias actuales, con nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles, con nuestros éxitos y con nuestros fracasos. Nos valoramos por ser quienes somos. Y para conseguir esta valoración podemos empezar por apoyarnos en nuestros logros, en aquello que sí se nos da bien.
- Aceptar los errores del pasado. La culpa o el sentimiento de fracaso no nos aportan nada nuevo, nada que nos permitan mejorar o avanzar. Es importante no anclarse en estos sentimientos y pensar en el pasado solo para tratar de aprender de él. Trabajar sobre la resiliencia, nos puede ayudar a mejorar nuestra autoestima.
- El autocuidado como signo de valoración: “cuando tenemos algo valioso lo tratamos con cuidado”. Por lo tanto es importante cuidar nuestra imagen, nuestros hábitos, nuestras rutinas y atender también a nuestras necesidades.
- Evitar las comparaciones con los demás. En cualquier ámbito de la vida, siempre vamos a encontrar a alguien que le «va mejor» o que «es más bueno que yo en…», pero la realidad es que también va a haber personas que estén en una situación peor que la mía. Por lo tanto, el hecho de compararse con otros, en la mayoría de las ocasiones no nos aporta una información relevante, y en cambio, sí puede llegar tener consecuencias negativas para mí si me fijo solo en las comparaciones donde yo salgo desfavorecido.
Si nos fijamos, las claves que he expuesto para mejorar la autoestima, conllevan un proceso en continuo movimiento, no es algo estático. Es decir, la aceptación de mis propios errores o de cómo soy, no implica conformarse y ya está. La aceptación y el autocuidado no está reñido con proponerse avanzar, mejorar, aprender, desarrollarse en lo que cada uno crea conveniente, y sentirse así mejor consigo mismo.
Related Posts
¿Cuándo debo ir a un psicólogo?
En algunos momentos de nuestra vida nos encontramos con circunstancias que...
¡Quiero un cambio!
Estoy en un momento de mi vida en el que me estoy planteando algunos cambios. Y...
El avance psicológico en Psicoterapia.
Para ayudar a mis pacientes a entender la evolución que siguen a lo largo de la...
La falta de sueño afecta al carácter
Cuando recibo a un paciente nuevo, trato de conocer las circunstancias que rodean...